domingo, 14 de diciembre de 2025

Mi morada interior

 


Mi morada interior es mi estancia sagrada, donde habito, anhelo, lanzo preguntas, busco, alabo, sueño.

En esta cámara particular yo vivo, nunca sola. Observo la vida que habita en mí, me fijo en los pequeños detalles, educo mi atención siempre dispersa, centro mi mirada. Porque quiero saborear momentos y también aprender las enseñanzas a mí destinadas.

Yo no sé el por qué o el para qué de todo lo que me sucede, voy a ciegas por la vida. Por eso, porque todo lo ignoro, necesito confiar, como el niño pequeño confía en su madre. La confianza es una necesidad, sin ella no puedo, no se puede, vivir de verdad.

También, gracias a esta morada, participo en la creación de mis días, a cada situación le añado el matiz que quiero darle para que los acontecimientos no manden sobre mí. Aprendo a tener libertad para elegir cómo me siento. Para ello se requiere un trabajo de amor y respeto a la vida. El requisito previo será la aceptación de la realidad, que siempre lleva a la paz interior.

Mantengo un diálogo interno enriquecedor, por supuesto siempre en positivo. Abrazo todo lo que viene hasta mí para enseñarme, lo valoro y subrayo, le doy la bienvenida, lo incorporo a mi camino para que me ilumine los pasos. 

Todo esto es un camino a recorrer, no siempre en línea recta. Y no estará acabado hasta mi último aliento. Por eso, mi ocupación diaria y mi único objetivo será cuidar mi morada interior hasta el final de mis días


sábado, 6 de diciembre de 2025

Ser buenos


 Todo viene a nuestra vida para algo. Suceden cambios que vamos integrando siempre lo mejor posible para nuestra estabilidad, para que todo siga teniendo un sentido, una trascendencia. Todo ayuda a todo. 

Necesitamos un corazón atento a los detalles, para aprender a descubrir y valorar el derroche de luz y de generosidad de la vida. Y para ser agradecidos con tantas personas que nos acompañan, tanto milagro siempre presente.

Todos hemos venido a poner nuestro granito de arena en la construcción de un mundo que respire paz, con nuestra buena intención y buen hacer. Parece idílico, por supuesto no siempre se hace, pero es una tarea que en cada momento nos espera, desde el primer al último día que pisamos la tierra.

La bondad es el faro necesario en el mundo, en las relaciones de todo tipo, y siempre viene en rescate nuestro, nos toca el corazón, nos emociona hasta las lágrimas, nos muestra el camino.

La bondad abunda a nuestro alrededor y en nosotros mismos, en multitud de gestos pequeños, cercanos, de acogida. No suele salir en las noticias pero tenemos ojos y corazón para verla. Y es un gran alivio saber que su presencia contrarresta todo el mal, porque el pensamiento y la acción positiva tiene muchísimo más poder que la negativa. Las nubes y las tormentas pasan pero el cielo permanece.

Dice el Tao: “Cuando conoces la fuente, de modo natural, te vuelves tolerante, desinteresado, divertido, de corazón cálido como una abuela…”

Todos conocemos muchas personas con ese corazón cálido, que nos han transformado con su bondad y nos han enseñado a valorar lo que verdaderamente importa: ser buenos.


domingo, 30 de noviembre de 2025

Práctica espiritual


 Una práctica espiritual puede ser atender a nuestras tareas diarias, agradecer estar aquí, mimar momentos, valorar la luz que está en todo, presumir de tanta belleza sobre la tierra, vivir desde la ternura del corazón.

Esta práctica siempre la podemos realizar en lo concreto de cada día, no tenemos que apartarnos de la vida cotidiana para admirar, agradecer, estar atentos a lo que nos sucede. Somos ignorantes, pero la vida que está en todo es lo más extraordinario que podemos contemplar y es pura sabiduría. 

El mayor milagro es el de vivir y ser conscientes de estar aquí. Es algo que tenemos tan a mano que lo vemos normal, o mejor dicho, ni lo apreciamos. Estamos dentro de una cadena infinita de aparentes casualidades, que no son otra cosa que prodigios que se han sucedido para que hayamos llegado hasta este momento y vayamos aprendiendo de un modo más o menos lento, pero siempre seguro. 

Como se suele decir, no hay puntada sin hilo, todo está relacionado por medio del amor, que es ese hilo de oro en el que estamos entrelazados. El universo no se equivoca en la creación.

Todo hay que mirarlo desde lo que nos sucede por dentro, no desde el exterior. Porque puede ser que por fuera tengamos dificultades y nuestro corazón esté lleno de gratitud y alabanza. Y al revés, puede ser que todo vaya bien, y por dentro experimentemos tristeza y malestar. 

Dentro de nosotros mismos es donde tenemos el trabajo de arar nuestra tierra particular para sanearla y poder llevar a cabo nuestra preciosa práctica espiritual, allá donde estemos. Confiando siempre en el impulso generoso de la misma vida.


domingo, 23 de noviembre de 2025

Un lugar de fe

 


Hacer de lo de cada día un asunto de fe, meter todo en la misma búsqueda, porque realmente todo está dentro. No podemos separar lo que nos gusta o no de nuestra realidad. Porque muchas veces nos suceden cosas que no preferimos, no las hubiéramos elegido, pero están ahí por y para algo, todo tiene un sentido. Y cuando algo nos duele es que algo tenemos que sanar. El sufrimiento es la resistencia mental a lo que ocurre.

Nosotros no alcanzamos a ver la totalidad, no tenemos tanta visión, pero realmente todo está programado para que podamos sacar lo mejor de nosotros mismos. Y todo viene en nuestra ayuda, lo creamos o no.

Puede ser que se nos vaya la vida sin enterarnos, pero siempre estamos a tiempo, aprendemos con los años, la sabiduría viene hasta nosotros, no nos olvida.

“Si pensamos que estamos solos, estamos equivocados. Todo su Ser está enfocado en nosotros, como si fuéramos la única criatura que existiera, su amor es infinito. (T. Keating)

Hay un ensamblaje perfecto, una voluntad imparable de paz y bondad sobre cada uno de nosotros. El universo que nos ha traído hasta aquí, nos guía y nos ama. Toda nuestra vida es un lugar de fe. Un lugar en el que nos sentimos criaturas amadas.

Tenemos un pozo sin fondo en nuestro interior, en el que siempre podemos profundizar más y más, y también ayudarnos unos a otros en ese proceso. 

En el camino vamos aprendiendo a transformar las dificultades en oportunidades, es decir, en algo bueno para crecer. Para ello, vamos a trabajar la aceptación y a implicarnos con la mejor disposición en nuestro propio proceso de aprendizaje.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Canto y plegaria


 No somos tan originales como creemos ser, porque a lo largo de la historia todo ha sido dicho ya, todo está escrito. Las alegrías y las tristezas, la búsqueda y las emociones de todo tipo, ya han sido vividas en otros corazones. Aparentemente somos copias humanas, repetimos patrones. 

Sin embargo, cada momento es nuevo y revolucionario, ahí se nos revela el misterio, y ya no hay vuelta atrás porque llega hasta nosotros para darnos la luz necesaria y que hagamos nuestro camino personal con confianza y entrega, sin dejarnos contagiar por el ruido del mundo.

Cuando nos damos cuenta que hemos sido alcanzados por los rayos generosos de la vida, todo lo que sale del corazón no es otra cosa que canto y plegaria, gratitud y alegría, porque vemos que todo está guiado por una única intención, ayudarnos a continuar en el camino que nos abre a la esperanza, y tender la mano a tantas personas que, no por casualidad, nos acompañan.

La misma fuerza del universo nos impulsa y se expresa en nuestra naturaleza, igual que lo hace en cada brote y cada flor. No somos conscientes de nuestro poder, nos infravaloramos por la educación recibida. “Si tuvieras fe como un granito de mostaza…”

Necesitamos emocionarnos con lo que tenemos: con cada momento de unión, de amistad, cada gesto de bondad, tantos detalles y encuentros afortunados. Porque si la vida pasa sin que nos enamore, de nada sirve el haber nacido.

Estar atentos y aprender a cambiar nuestra mirada para que podamos disfrutar de la grandeza de la vida que se manifiesta en cada jornada vivida, que ha sido especialmente preparada para nosotros desde una voluntad de amor.


domingo, 9 de noviembre de 2025

Vivir en una oración

 


Hay un ser que habita la tierra, se convierte en espíritu o en materia, se transforma en sed y en camino. Nos espera cada día y cada instante, a la sombra de un deseo, de una palabra, de cualquier encuentro. Nos mira desde nuestra propia naturaleza, encarnado en ella. Nos ama y nos da la fuerza para levantarnos cada día, hacer lo que tenemos que hacer y ayudar a quien lo necesita.

Lo podemos ver en los ojos de los niños, en la sabiduría de la naturaleza, en nosotros mismos y en nuestra búsqueda personal.

Ese ser es el único protagonista de toda la creación y también de cada pequeña historia. Si no le ponemos obstáculos inspira nuestros días y nos hace sencillo el camino que hemos venido a andar. 

Si nos unimos a su estela y su luz alcanzamos la cima de nuestra montaña interior sin esfuerzo por nuestra parte, incluso sin proponérnoslo, de un modo natural.

La comunicación, verbal o no, con ese ser, la llamamos oración. Podemos vivir dentro de una oración, y desde ahí contemplar el mundo, también a nosotros. Miramos todo con otros ojos cuando hacemos hueco al más allá en nuestras vidas y buscamos las palabras que necesitamos para construir nuestra nueva existencia, para abrir horizontes y espacios donde compartir la vida y donde siempre quepamos todos. 

Facilitar que pase a través de nosotros ese ser, esa luz, es nuestra tarea de cada día. No podemos descuidar ese encargo, somos necesarios para que la buena energía lleve su bendición a todos los rincones del universo. Y tomamos el relevo, en el lugar que ocupamos, de todos aquellos que nos han hecho llegar esa misma luz.

Mis bendiciones a todos los que me han precedido, y a todos los que vendrán después, para completar esta imparable e infinita cadena de luz y de amor.


domingo, 2 de noviembre de 2025

El arte de aprender


 Librar la batalla de cada día con la mejor disposición posible es nuestra misión, y además es un arte que aprendemos a lo largo de la vida.

Se trata, sencillamente, de hacer lo que hay que hacer, sabiendo que en cada detalle está la misma luz que necesitamos, y por eso, poner en cada gesto el agradecimiento y la alegría de estar presente, la emoción de sentirnos vivos, la seguridad de que así es como construimos nuestra historia, la reverencia a la creación a través de todas nuestras pequeñas acciones.

Es un arte aprender a descubrir la belleza que está siempre presente en la vida, en la armonía de lo cotidiano. También en la fraternidad y la palabra de ánimo, el esfuerzo y la aceptación.

Cuando ponemos consciencia en lo que nos sucede, sacamos lo mejor de nosotros mismos y, aun en medio de dificultades, tenemos necesidad de agradecer. Todo lo que nos sucede es necesario para nuestro crecimiento interior, por eso no podemos despreciar nada, tampoco lo que nos parece defectuoso y débil.

Una leyenda japonesa dice que un monje estaba esperando la visita de un abad, que era experto en jardinería. Durante un tiempo se dedicó a cuidar su jardín hasta que estuvo perfecto. Pero cuando llegó el momento de la visita vio que algo faltaba. Entonces movió una de las ramas y logró desprender la primera hoja del otoño, amarillenta y seca, que cayó en la brillante hierba. Ahora sí que estaba completo el jardín.

Cada uno de nosotros somos esa hoja imperfecta y seca sobre una preciosa hierba. Y desde ahí aprendemos a celebrar la belleza de la vida.


Mi morada interior

  Mi morada interior es mi estancia sagrada, donde habito, anhelo, lanzo preguntas, busco, alabo, sueño. En esta cámara particular yo vivo, ...