domingo, 9 de noviembre de 2025

Vivir en una oración

 


Hay un ser que habita la tierra, se convierte en espíritu o en materia, se transforma en sed y en camino. Nos espera cada día y cada instante, a la sombra de un deseo, de una palabra, de cualquier encuentro. Nos mira desde nuestra propia naturaleza, encarnado en ella. Nos ama y nos da la fuerza para levantarnos cada día, hacer lo que tenemos que hacer y ayudar a quien lo necesita.

Lo podemos ver en los ojos de los niños, en la sabiduría de la naturaleza, en nosotros mismos y en nuestra búsqueda personal.

Ese ser es el único protagonista de toda la creación y también de cada pequeña historia. Si no le ponemos obstáculos inspira nuestros días y nos hace sencillo el camino que hemos venido a andar. 

Si nos unimos a su estela y su luz alcanzamos la cima de nuestra montaña interior sin esfuerzo por nuestra parte, incluso sin proponérnoslo, de un modo natural.

La comunicación, verbal o no, con ese ser, la llamamos oración. Podemos vivir dentro de una oración, y desde ahí contemplar el mundo, también a nosotros. Miramos todo con otros ojos cuando hacemos hueco al más allá en nuestras vidas y buscamos las palabras que necesitamos para construir nuestra nueva existencia, para abrir horizontes y espacios donde compartir la vida y donde siempre quepamos todos. 

Facilitar que pase a través de nosotros ese ser, esa luz, es nuestra tarea de cada día. No podemos descuidar ese encargo, somos necesarios para que la buena energía lleve su bendición a todos los rincones del universo. Y tomamos el relevo, en el lugar que ocupamos, de todos aquellos que nos han hecho llegar esa misma luz.

Mis bendiciones a todos los que me han precedido, y a todos los que vendrán después, para completar esta imparable e infinita cadena de luz y de amor.


domingo, 2 de noviembre de 2025

El arte de aprender


 Librar la batalla de cada día con la mejor disposición posible es nuestra misión, y además es un arte que aprendemos a lo largo de la vida.

Se trata, sencillamente, de hacer lo que hay que hacer, sabiendo que en cada detalle está la misma luz que necesitamos, y por eso, poner en cada gesto el agradecimiento y la alegría de estar presente, la emoción de sentirnos vivos, la seguridad de que así es como construimos nuestra historia, la reverencia a la creación a través de todas nuestras pequeñas acciones.

Es un arte aprender a descubrir la belleza que está siempre presente en la vida, en la armonía de lo cotidiano. También en la fraternidad y la palabra de ánimo, el esfuerzo y la aceptación.

Cuando ponemos consciencia en lo que nos sucede, sacamos lo mejor de nosotros mismos y, aun en medio de dificultades, tenemos necesidad de agradecer. Todo lo que nos sucede es necesario para nuestro crecimiento interior, por eso no podemos despreciar nada, tampoco lo que nos parece defectuoso y débil.

Una leyenda japonesa dice que un monje estaba esperando la visita de un abad, que era experto en jardinería. Durante un tiempo se dedicó a cuidar su jardín hasta que estuvo perfecto. Pero cuando llegó el momento de la visita vio que algo faltaba. Entonces movió una de las ramas y logró desprender la primera hoja del otoño, amarillenta y seca, que cayó en la brillante hierba. Ahora sí que estaba completo el jardín.

Cada uno de nosotros somos esa hoja imperfecta y seca sobre una preciosa hierba. Y desde ahí aprendemos a celebrar la belleza de la vida.


sábado, 25 de octubre de 2025

La vida sencilla

 


Con cada una de mis acciones respondo a lo que el momento me pide. También mi búsqueda interior y personal es respuesta a una llamada. Así sucede para cada uno.

Se me hacen cada vez más presentes mis luces interiores que me enseñan a aceptar y abrazar mi propia fragilidad y mi pequeñez, y abrir los ojos al milagro de estar aquí.

Mi mirada se gesta en lo hondo, la fuente de la felicidad está en mi interior, no dependo de lo que me llegue de fuera. No quiero que el mundo exterior me quite el equilibrio, me invada con sus exigencias, con sus preocupaciones y su sinsentido, en tantas ocasiones. No siempre me es posible mantener esa decisión y esa actitud, pero hacia ahí me quiero dirigir, como meta anhelada.

Elijo la vida sencilla, con la luz que trae cada momento, la que está a mi alcance y puedo disfrutar, con eso tengo suficiente para vivir en profundidad, siempre consciente del regalo de estar aquí, del lujo que supone amar y sentirme amada, el privilegio de hacer este trayecto personal acompañada de tantas personas, compañeras de camino.

Cualquier obstáculo o tropiezo no es un impedimento,sino que es el mismo camino. No tendré que rechazarlo sino gestionarlo para ver cuál deberá ser mi respuesta y cómo integrarlo desde la aceptación y la gratitud.

Respuestas agradecidas, con actitud confiada y con sencillez, ese es un buen propósito, una meta a alcanzar en el día a día de mi vida.


domingo, 19 de octubre de 2025

Mensajeros elegidos

 


Todos somos enviados y tenemos mensajes que entregar. De parte de todo lo creado hablamos, nos pasamos el testigo de lo que ha sido revelado, aún sin saberlo ni darnos cuenta en tantas ocasiones. Le damos voz a lo que no se puede expresar en palabras, le ponemos rostro a lo que es invisible.

Somos mensajeros elegidos, y estamos aquí el tiempo necesario para entregar el mensaje que llevamos tatuado en nuestro ser. Cada momento de nuestra existencia, cada suspiro es necesario. Lo importante es ser capaz de confiar en cada etapa, en cada recodo del camino. 

Para cada uno hay un proceso, un camino, unos pasos, un tiempo oportuno. “El hombre hace muchos planes, pero solo se realiza el propósito divino.” (Pr 19,21).

Nos quitamos un gran peso de encima cuando aprendemos a no andar angustiados con preocupaciones y dejamos atrás la ansiedad por lo que podría pasar. Cada día tiene su afán, dice la cita bíblica. Puede que esto no sea fácil, todo requiere una práctica.

Para entregar el mensaje tenemos que estar en armonía con nosotros mismos, cuidar la calma y la paz interior, para poder descubrir la plenitud que somos y darnos cuenta de todo lo que cada día nos llega como regalo. 

Siempre es el momento de empezar a agradecer y celebrar el estar aquí. Y esa celebración no es secundaria ni transitoria, llega para quedarse, porque por fin hemos encontrado la perla preciosa de la que tanto se nos ha hablado.

Que en cada momento seamos capaces de cuidarnos y cuidar la tierra, nuestra casa, para poder entregar todos los mensajes de calma y de esperanza, que llevamos depositados en nuestro corazón.


domingo, 12 de octubre de 2025

Desde lo hondo

 


Todo lo llevamos dentro, toda la belleza de la vida, la dicha, los te-quiero, la sensibilidad, la ternura. Todo está por desplegar. No tenemos que ir a buscarlo, ya está en cada uno, porque esa es nuestra misma esencia.

No tiene sentido la vida sin ese derroche de luz y ese pellizco en el corazón que nos hace ser caminantes agradecidos, que buscan la perla escondida en cada momento del día, en cada espacio que habitamos.

La vida es apasionante, porque todo está por descubrir, en cada momento se nos transmite una revelación, un impulso, que nos mueve a vivir desde el sentido, y desde lo hondo. Es un camino personal.  

Contamos con todas las ayudas, el mismo camino viene a nuestro encuentro, tan solo tenemos que estar atentos, soltar tensiones y abrirnos a sembrar amistad y cariño donde estemos, sabiendo siempre que el otro tiene las mismas dudas y los mismos interrogantes. Que todos estamos igualados en la fragilidad. 

Si cualquier pequeño brote de una planta puede alcanzar todas sus posibilidades, cómo no va a ocurrir lo mismo con nosotros que somos conscientes de ser casa y templo de la creación.

A través de aparentes casualidades nos llega lo que necesitamos para nuestro crecimiento y madurez, porque contamos con la sabiduría de la vida, que se despliega sobre nosotros y nunca nos abandona, somos sus criaturas, nacidas de su vientre de luz, ella siempre actúa y se comunica con nosotros en el momento presente, a través de todo lo que nos rodea. 

Nuestra tarea será aprender a escuchar ese mensaje que incesantemente nos toca el corazón porque quiere que nos abramos a la luz y a la dicha de vivir.


domingo, 5 de octubre de 2025

Para crecer


 Cuando experimento mis límites, envueltos en aciertos y errores, cuando necesito aprendizaje y ayuda, entonces crezco, porque me sitúo en la realidad, es decir en la vida tal como sucede. 

No puedo entender la existencia sin la confianza. Necesito confiar en todo momento, sin importar lo que suceda ante mis ojos. Sé que estoy en un extraño cielo, un complicado paraíso plagado de guerras personales, incomprensiones, desamor.

También sé que llevo en mí la llave de la luz, el interruptor necesario para “cambiar el luto en danza”. Con él puedo encender mi vida, hacer grande mi tiempo, limpiar mi espacio, cambiar mi mirada. 

Tan solo tengo este momento, no puedo esperar otro. Ahí es donde cuido mi universo personal, no quiero perder el hilo infinito que me une amorosamente a todo y me da las oportunidades para crecer.

La conexión con mi propia interioridad, que es mi fondo de luz y de calma, me lleva a ver todo de manera diferente y a buscar el sentido de cada paso mío sobre la tierra, que es mi proyecto de vida verdadero.

El mundo que me rodea y el que soy puedo verlo de múltiples maneras, elijo verlo desde la visión positiva y la esperanza. 

Es más sencilla la vida cuando se tiene claro el objetivo y se dan los pasos hacia la meta elegida, o lo que es lo mismo, cuando miramos qué nos sienta bien, y avanzamos en esa dirección, con el corazón agradecido.


domingo, 28 de septiembre de 2025

Otra dimensión


 Vemos la parte exterior de la realidad, pero en todo hay una dimensión oculta a nuestros ojos, es la que da sentido, la razón última de su existencia. Podríamos decir que la realidad del mundo nos habla de otro mundo. O que lo que vemos nos orienta hacia lo que no vemos. Todo son señales indicadoras.

Pensamos que podemos manejar todos los datos en cada momento, lo cual no es cierto. Por eso, la humildad y la aceptación son necesarias para situarnos en las cosas tal como son. Lo que va llegando es para algo, son lecciones que tenemos que aprender.

Esa otra dimensión invisible a los ojos está en todo, en cada ser y cada encuentro, en la calidad de las relaciones, en los proyectos, en cada paso del camino, en cada color del paisaje. Lo impregna absolutamente todo. Es la respiración de todo cuanto existe.

Lo divino arde en el interior de cada criatura, de cada barro. Esa es la luz que de una u otra manera siempre andamos buscando.

Algo hay que hacer con esta materia impregnada de espíritu, con este pequeño espacio-tiempo en el que vivimos. Algo grande, que comienza por el sencillo y precioso gesto de valorar la vida. Sin exigir ni reclamar nada, tampoco rechazar ni reprochar. Tan solo agradeciendo y poniéndonos a su servicio, esta es la manera auténtica de vivir, la que nos mueve al compromiso y nos da paz.

Aprendemos unos de otros por contagio, por eso nuestro estar bien y en armonía interior, es el mayor regalo que le podemos hacer a los que nos rodean y al mundo. 


Vivir en una oración

  Hay un ser que habita la tierra, se convierte en espíritu o en materia, se transforma en sed y en camino. Nos espera cada día y cada insta...